∞ Escenas ∞

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Los primeros rayos de sol invaden el cuarto por la ventana y la temperatura cambia levemente, pasa de una tibieza llena de moléculas de miedo a una calidez algo débil, iniciada no solo por los dorados impactos de luz, sino también por el humor de nuestros cuerpos desnudos y tendidos sobre la cama desordenada. Las pocas horas de sueño me dejarán destrozado, pero no me importa. Perderme entre tu beso largo y mojado fue la mejor aventura que me ofreció el ayer. La de hoy, con certeza, será verte partir a través de la puerta y bajar por la calle, donde antes de voltear me daras una mirada fugaz, a este hombre discapacitado por tu belleza y recostado en su ventana, atesorando la tristeza que mañana podrá ser canciones. Claro que me anticipo con lo que digo. Doy demasiada vida a los dibujos que pasean por mi mente y los dejo respirar con tanto ritmo, que se traspasan a la realidad del mundo que está afuera de los ojos, en donde corren como sombras demenciales, como palabras que escapan a las bocas que las callan. Son demasiados fantasmas. Ellos son los que se anticipan, los que intentan ver el futuro desde el pasado. Yo prefiero verte así, recostada contra la marea inconstante de las sábanas, con el cabello enredado entre mi mano y tu rostro encajado en el fondo de algodón de la almohada blanca, donde has dado tantas vueltas que podrías haber enrrollado el hilo del mundo sin darte cuenta. Déjame verte así, solo te pido quince minutos de esta presencia silenciosa en la que estas llena de luz y de paciencia. No abras los ojos. Quédate en el abismo de tus escenarios oníricos, y permite que yo te vea por última vez sin que ni siquiera tu propia voz nos interrumpa.

Mientras Jager se levanta de la cama y contempla la escena de la mañana, siempre igual, siempre cálida, su novia y amante y cocinera, la tatuadora Bondy Grump, está en pijama encendiendo el primer cigarro con cafeína de la mañana, y le hace señas a su amorcito, un hombre cojonudo y torpe y orgulloso de llevar el nombre Jager, y ella le dice a él que se la folle la última vez porque después de esta noche lo dejará para siempre.

-¿Y para dónde te vas, Bondy Grump?—le pregunta Jager con la nostalgia abultada en sus labios temblorosos.

-Me voy para donde jamás me encuentres, Jager. Me voy a donde pueda dejar esta piel y esta voz. No sé donde pueda encontrarlo, pero lo haré. Así tenga que ir hasta el final del mundo.

Por Chano Castaño

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Siempre que se le preguntan las razones para elegir escribir, argumenta que su pasión por los libros y la literatura es como un juego. Se divierte creando mundos ficticios, componiendo poemas de músicas diversas, llevando proyectos editoriales a la realidad. Escritor, periodista y editor, Chano Castaño publicó en 2010 la Historia Ciudadélica, novela ambientada en una ciudad alucinante y perdida en medio de un desierto donde todo es posible. Actualmente edita su libro de cuentos Pólvora Peyote y finaliza su segunda novela, El viajero perdido en camanance. Es el fundador de Lectores Secretos y actualmente reside en Rio de Janeiro, Brasil.

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