Saber cuáles son las recomendaciones acertadas para una lectura depende mucho del conocimiento que se tenga del carácter de la persona. Si usted personalmente no sabe las manías, reproches existenciales, iluminaciones solitarias o diatribas cotidianas a las que el lector corresponde, entonces dificilmente podrá usted recomendar algún libro que vaya más allá de un capricho suyo o de una referencia atascada en la memoria. Recordar un clásico, salibar el nombre de algún título estallado por la publicidad, decir aquel título que te prometiste jamás recomendar, tantas opciones hay para tan difícil tarea pero sin duda alguna para recomendar un buen libro, hay que leer mucho y conocer bien a la gente que te pide aquel consejo.
Cada libro corresponde a un momento de la vida o a un perfil de la personalidad. Héroes, intelectuales, políticos, creyentes, faltos de fé y de dinero, existenciales, melancólicos, suicidas, toxicómanos, enfermos mentales, sodomitas, pansexuales, devotos de la ciencia, salvadores, monógamos, científicos, deportistas, hermitaños, poetas, soldados, mercachifles, culebreros, predicadores, médicos, rezanderos, padres de familia, estudiantes, obreros, todos, todos necesitan de un libro que enmarque su mundo de fantasías y delirios, un libro que nombre lo que se agita en sus pasiones internas, un libro que le de alas a eso que llevan preso en las entrañas y que abra nuevas posibilidades a su corazón en esta realidad que se construye ante nuestros ojos.
Cuando me piden recomendar un libro y me apresuran la respuesta, casi siempre recomiendo uno que otro fraude. Me tienen que dar tiempo, por favor. No se puede recomendar un remedio para el alma en cinco minutos. Es una opinión que además esconde otra opinión, pues quien recomienda un determinado libro a una determinada persona, lo está calificando de alguna u otra forma con esa recomendación. El Quijote para este loquito, una de traquetos para este comerciante chueco, una de erotismo barato para esta vecina constreñida por la religión, en fin. Recomendar un libro no es como recomendar una película, aunque así parezca ante los ilusorios ojos que todo lo ven. Recomendar un libro es decir cuál camino puede tomarse para llegar hasta cierto laberinto, y en eso hay mucho de poesía y de saber vivir.
Recuerde entonces. Mire bien a su amigo, a su amante, al personaje en cuestión que lo ponga en la tarea de recomendar un libro. Obsérvelo como si fuera una célula única e irrepetible. Fíjese en la dinámica de sus mundos internos. No descarte obsesiones, perversiones, gustos secretos. En estos detalles está la gloria de su opinión literaria. Además, como buen amigo, no solo recomiende un título, sino que abra su abundancia hasta los límites y recomiende hasta dos o tres títulos. Con eso bastará para salvarse y decir que tuvo la galantería de mostrar las puertas del cielo, del infierno y del purgatorio.
Chano Castaño
Siempre que se le preguntan las razones para elegir escribir, argumenta que su pasión por los libros y la literatura es como un juego. Se divierte creando mundos ficticios, componiendo poemas de músicas diversas, llevando proyectos editoriales a la realidad. Escritor, periodista y editor, Chano Castaño publicó en 2010 la Historia Ciudadélica, novela ambientada en una ciudad alucinante y perdida en medio de un desierto donde todo es posible. Actualmente edita su libro de cuentos Pólvora Peyote y finaliza su segunda novela, El viajero perdido en camanance. Es el fundador de Lectores Secretos y actualmente reside en Bogotá, Colombia.
2 respuestas a “Qué leer y qué no leer”
Cuales me recomienda Chano?
Le recomiendo:
-Fantasmas, de Chuck Palahniuk
-Los tipos duros no bailan de Norman Mailer
-Érase una vez el amor pero tuve que matarlo, de Efrain Medina